sábado, 21 de mayo de 2011

Maximiliano y Carlota

En 1854 México nuevamente se ve convertido en un Imperio cuando el archiduque de Austria, Fernando Maximiliano y esposa, la princesa Carlota Amalia de Bélgica empiezan su reinado en el país. Detrás de esta pareja estaban los intereses de Napoleón III de expandir sus territorios con la conquista de América.
Maximiliano había nacido en el palacio de Schönbrunn el 6 de julio de 1832. Cursó la carrera de marino y su educación fue la de un príncipe. Viajó mucho por todo el Continente europeo y por países como Brasil, Palestina y el norte de África. En 1856 fue embajador en Francia. Estando en Bélgica, conoció a Carlota, hija del rey Leopoldo I y de Luisa de Orleáns, quien entonces contaba con 17 años. Más tarde contrajo matrimonio con ella.
En 1857 Maximiliano fue gobernador del reino Lombardo Veneto. Entre sus virtudes destacaban la de ser un hombre tranquilo, de ideas liberales e interesado por las artes y las letras. Hablaba seis idiomas. Su esposa lo convenció de aceptar la corona que le ofrecían los mexicanos. Ambos estaban ambiciosos de convertirse en reyes. El archiduque aceptó con la condición de que los mexicanos se lo pidieran deliberadamente. Por esa razón se firmaron cartas de adhesión. El archiduque tuvo que firmar una carta en donde renunciaba a toda probabilidad de heredar la corona y también firmó el tratado de Miramar con Napoleón III.

Los nuevos monarcas llegaron a México el 28 de mayo de 1864. Los conservadores ocupaban gran parte del territorio. Mientras el emperador arribaba a México, gobernaba una junta o regencia.
Un consejo condenó a Maximiliano a muerte junto con sus generales Miguel Miramón y Tomás Mejía. Todos fueron fusilados en el Cerro de las Campanas el 19 de junio de 1867. Dos meses después de su muerte, sus restos fueron recogidos y llevados a Austria en donde actualmente reposan en el panteón de los Capuchinos.Durante el gobierno de Benito Juarez 

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